#1981 #EscritoresUruguayos #PoemasDeLaOficina
Vení vamos a discurrir por el antes como antes es un peregrinaje inesperado y el turismo interior está de moda
Fue como en un delirio así que no recuerdo si el hotel del abismo era un abyss sheraton o un abyss hilton
La caricia es un lenguaje si tus caricias me hablan no quisiera que se callen La caricia no es la copia de otra caricia lejana
Estarás como siempre en alguna fro… jugándote en tu sueño lindo y desv… recordando los charcos y el confor… tan desconfiado pero nunca incrédu… nunca más que inocente nunca menos
Vuelvo / quiero creer que estoy vo… con mi peor y mi mejor historia conozco este camino de memoria pero igual me sorprendo hay tanto siempre que no llega nun…
De carrasco a aeroparque y vicever… vas y venís con libros y bufandas y encargos y propósitos y besos tenés gusto a paisito en las mejil… y una fe contagiosa en el augurio
Hace apenas dos años que nos junta… para hacer algo aunque fuera bien poco por la patria doméstica la pobrecita jodida
Por segundo año consecutivo, los Williams y los Peabody se encontraban en el agosto de Puerto Pollensa. Como tantos ingleses, franceses, escandinavos, se sentían atraídos por la relativ...
A este recién llegado no lo factura la cigüeña a este infante de ahora lo ha traí… la hiena turbia y desmonetizada no pretende irrumpir en el mundo d…
Buenos Aires, 3 de agosto (AF). Los dos niños uruguayos hallados en Chile días atrás fueron raptados en Argentina en septiembre de 1976, según la Asamblea Permanente de los Derechos Hum...
Cómo voy a creer / dijo el fulano que el mundo se quedó sin utopías cómo voy a creer que la esperanza es un olvido o que el placer una tristeza
Con tu puedo y con mi quiero vamos juntos compañero compañero te desvela la misma suerte que a mí prometiste y prometí
Rojo / como el que más / radiante vino rojo la herida de las vírgenes el crepúsculo fucsia el toro ya vencido
Volvió el noble trabajo pucha qué triste que nos brinda el pan nuestro pucha qué triste me meto en el atraso
La rosa de oro no se marchita ni tiene aroma el cielo ajeno que te envenena