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Hay un día en que se nace
a la gloria y a la suerte
a la suerte y a la muerte
hay un día en que se nace
 
y en penumbra tan temprana
que no duele ni se nombra
la luz muere con la sombra
de la vida cotidiana
 
hay un sol que da sentido
a la gloria y a la suerte
a la suerte y a al muerte
hay un sol que da sentido
 
y en mitad de la mañana
abre rumbos y salidas
en las idas y venidas
de la vida cotidiana
 
hay un cielo que responde
a la gloria y a la suerte
a la suerte y a la muerte
hay un cielo que responde
 
y en la calma soberana
de un solemne mediodía
junta penas y alegría
de la vida cotidiana
 
hay un sueño que se acerca
a la gloria y a la suerte
a la suerte y a la muerte
hay un sueño que se acerca
 
y en la siesta y resolana
ponen lágrimas y besos
los convictos y confesos
de la vida cotidiana
 
hay crepúsculos que invocan
a la gloria y a la suerte
a la suerte y a la muerte
hay crepúsculos que invocan
 
y en la cumbre más lejana
el sol muere como un toro
con la sangre y con el oro
de la vida cotidiana
 
siempre hay una causa digna
de la gloria y de la suerte
de la suerte y de la muerte
siempre hay una causa digna
 
pero no es la lucha vana
de quien busca satanases
en las guerras y en las paces
de la vida cotidiana
 
hay por último un letargo
de la gloria y de la suerte
de la suerte y de la muerte
hay todo eso y sin embargo
 
en la noche veterana
del amor que es buena gente
va dejando la simiente
de otra vida cotidiana.
Otras obras de Mario Benedetti...



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