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Blanca tortuga, luna dormida, ¡qué lentamente caminas! Cerrando un párpado
La rosa no buscaba la aurora: Casi eterna en su ramo buscaba otra cosa. La rosa
Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna
En las torres amarillas, doblan las campanas. Sobre los vientos amarillos,
Mi corazón oprimido Siente junto a la alborada El dolor de sus amores Y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva
Manzanas levemente heridas por finos espadines de plata, nubes rasgadas por una mano de cor… que lleva en el dorso una almendra… Peces de arsénico como tiburones,
Esquilones de plata Llevan los bueyes. —¿Dónde vas, niña mía, De sol y nieve? —Voy a las margaritas
Rumor. Aunque no quede más que el rumor Aroma. Aunque no quede más que el aroma. Pero arranca de mí el recuerdo
Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,
Narciso. Tu olor. Y el fondo del río. Quiero quedarme a tu vera. Flor del amor.
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)
Veinticuatro bofetadas. Veinticinco bofetadas; después, mi madre, a la noche, me pondrá en papel de plata. Guardia civil caminera,
¡Alto pinar! Cuatro palomas por el aire van. Cuatro palomas vuelan y tornan. Llevan heridas
Debajo de las multiplicaciones hay una gota de sangre de pato. Debajo de las divisiones hay una gota de sangre de marinero… Debajo de las sumas, un río de san…
Lámparas de cristal y espejos verdes. Sobre el tablado oscuro, la Parrala sostiene una conversación