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La vida hoy tiene ritmo de ondas que pasan, de olitas temblorosas que fluyen y se alcanzan. La vida hoy tiene el ritmo de los…
... Y tu cincel me esculpía en una piedra rosada, que lleva una aurora fría eternamente encantada. Y la agria melancolía
Oh Soria, cuando miro los frescos… cargados de perfume, y el campo en… abiertos los jazmines, maduros los… azules las montañas y el olivar fl… Guadalquivir corriendo al mar entr…
En medio del campo, tiene la ventana abierta la ermita sin ermitaño. Un tejadillo verdoso. Cuatro muros blancos.
El limonero lánguido suspende una pálida rama polvorienta sobre el encanto de la fuente limp… y allá en el fondo sueñan los frutos de oro...
Parejo de la encina castellana, crecida sobre el páramo, señero en los campos de Córdoba la llana que dieron su caballo al Romancero… lejos de tus hermanos
¡Ay del que llega sediento a ver el agua correr, y dice: la sed que siento no me la calma el beber! ¡Ay de quien bebe y, saciada
Fué una clara tarde, triste y soño… tarde de verano. La hiedra asomaba al muro del parque, negra y polvor… La fuente sonaba. Rechinó en la vieja cancela mi lla…
Nuestras vidas son los ríos, que van a dar a la mar, que es el morir. ¡Gran cantar! Entre los poetas míos tiene Manrique un altar.
La España de charanga y pandereta… cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y alma inquieta… ha de tener su marmol y su día,
Esta leyenda en sabio romance camp… ni arcaico ni moderno, por Valle-… revela en los halagos de un viento… la santa flor de alma que nunca se… Es la leyenda campo y campo. Un p…
¿Mi corazón se ha dormido? Colmenares de mis sueños, ¿ya no labráis? ¿Está seca la noria del pensamiento, los cangilones vacíos,
¡Oh, dime, noche amiga, amada viej… que me traes el retablo de mis sue… siempre desierto y desolado, y sól… con mi fantasma dentro, mi pobre sombra triste
Naranjo en maceta, ¡qué triste es… Medrosas tiritan tus hojas menguad… Naranjo en la corte, ¡qué pena da… con tus naranjitas secas y arrugad… Pobre limonero de fruto amarillo
A ti laurel y yedra corónente, dilecto de Sofía, arquitecto. Cincel, martillo y piedra y masones te sirvan; las montañas