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Por las ramas del laurel vi dos palomas oscuras. La una era el sol, la otra la luna. «Vecinita», les dije,
Tierra Las niñas de la brisa van con sus largas colas. Cielo Los mancebos del aire
Me miré en tus ojos pensando en tu alma. Adelfa blanca. Me miré en tus ojos pensando en tu boca.
Marzo pasa volando. Y Enero sigue tan alto. Enero, sigue en la noche del cielo.
Mi corazón tendría la forma de un… si cada aldea tuviera una sirena. Pero la noche es interminable cuan… y hay barcos que buscan ser mirado… Si el aire sopla blandamente
Niño. ¡Que te vas a caer al río! En lo hondo hay una rosa y en la rosa hay otro río. ¡Mira aquel pájaro! ¡Mira
Por el East River y el Bronx los muchachos cantan enseñando sus… con la rueda, el aceite, el cuero… Noventa mil mineros sacaban la pla… y los niños dibujaban escaleras y…
Los arqueros oscuros a Sevilla se acercan. Guadalquivir abierto. Anchos sombreros grises, largas capas lentas.
El remanso del aire bajo la rama del eco. El remanso del agua bajo fronda de luceros. El remanso de tu boca
Teta roja del sol. Teta azul de la luna. Torso mitad coral, mitad plata y penumbra.
¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer,
Juan Breva tenía cuerpo de gigante y voz de niña. Nada como su trino. Era la misma
Rumor. Aunque no quede más que el rumor Aroma. Aunque no quede más que el aroma. Pero arranca de mí el recuerdo
Ya se ha abierto la flor de la aurora. (¿Recuerdas el fondo de la tarde?) El nardo de la luna
Viento del Sur, moreno, ardiente, llegas sobre mi carne, trayéndome semilla de brillantes