#1981 #EscritoresUruguayos #PoemasDeLaOficina
Vino el patrón y nos dejó su niño casi tres horas nos dejó su niño, indefenso, sonriente, millonario, un angelito gordo y sin palabras. Lo sentamos allí, frente a la máqu…
Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo sus órganos sus huesos sus funciones sus sitios pero nunca supimos
Cuando la noche se pobló de ánimas de ángeles de ratas y de truenos el más cruel de los crueles se abasteció de agravios y los poso en los nidos y en las l…
Trepo por la escalera peldaño tras destino destino tras peldaño asciendo lentamente dosificando alarmas
Para que nunca haya malentendidos para que nada se interponga voy a explicarte lo que mi amor co… tus ojos que se caen de desconcier… y otras veces se alzan penetrantes…
Yo también tengo ruinas y si acudo al pasado ya no sé a quién o a quiénes busco entre los escombros son ruinas sin prestigio
¿Dónde está mi país? ¿junto al río o al borde de la noc… ¿en un pasado del que no hay que h… ¿dónde? ¿en la desolación de la memoria?
Cada vez que nos dan clases de amn… como si nunca hubieran existido los combustibles ojos del alma o los labios de la pena huérfana cada vez que nos dan clases de amn…
Quiero aclarar que este testamento no es el corriente colofón de vida más bien se trata de un legado frá… vigente sólo hacia el final de un… digamos pues que lego para el juev…
Ayer pasó el pasado lentamente con su vacilación definitiva sabiéndote infeliz y a la deriva con tus dudas selladas en la frent… ayer pasó el pasado por el puente
La misma nube podría ser cabeza de caballo o cigüeña de igl… flecha de muerte o campana loca ár… paloma o jabalina lo cierto es que la forma
¿Cómo compaginar la aniquiladora idea de la muerte con ese incontenible afán de vida?
Lo decidí antenoche mientras iba caminando sin rumbo y sin apuro bajo la lluvia lenta mansa justa no voy a ir así que no me espere usted dirá qué tipo quién lo entie…
A esta altura ya nadie me nombra por mi nombre: Octavio. Todos me llaman abuelo. Incluida mi propia hija. Cuando uno tiene, como yo, ochenta y cuatro años, qué más puede pedir. No pido ...
En primavera cuando surgen las consabidas muchachas de ojos v… y el nuevo viento agita con espera… antenas y divisas y follajes