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EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Juana tejedora, téjeme un pañuelo para ir a la boda de don Pirulero. Dame, jardinero,
De la lunita nueva vuela una garza; tiene el cuello nevado, de azul las alas. Volando viene
A la gallinita ciega ayer tarde la curé: puse en aguas tres vicarias y los ojos le lavé. Hoy paseó con sus pollitos
Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras
Camarada del sapo, del río hermana, amiga de la piedra, nieta del agua. Nieta del agua
Le doy al niño de Chile la nueva patria que tengo: limpia y olorosa a limpio, patria dispuesta a quererlo como me quiere ella a mí,
Cua cua, cantaba la rana, cua cua, debajo del agua. Pasó una paloma:
Zapatero de mi pueblo: usa clavitos de plata en el par de botas nuevas que quiero para mañana. Han de ser de cuero rojo,
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
Abril es un niño rubio que junta flores y pájaros; tiene los ojos azules y va vestido de blanco. Mayo es un niño aguador
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
Nene, vanos a dormir; no son horas de reír: duerme el viento, duerme el sol, duermen las gallinas
Volando sobre el Moncada un zunzuncito llegó; lo saludó con su vuelo, volando se despidió. A la sierra fue el zunzún,
¡Que ruede la rueda de pan y canela! Que llegue al campo, que busque el trigo, que diga al agua