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El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar
Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne,
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)
El lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. Han perdido sin querer
Los días de fiesta van sobre ruedas. El tío-vivo los trae, y los lleva. Corpus azul.
Los niños miran un punto lejano. Los candiles se apagan. Unas muchachas ciegas preguntan a la luna,
El grito deja en el viento una sombra de ciprés. (Dejadme en este campo, llorando). Todo se ha roto en el mundo.
La canción, que nunca diré, se ha dormido en mis labios. La canción, que nunca diré.
Por las ramas del laurel vi dos palomas oscuras. La una era el sol, la otra la luna. «Vecinita», les dije,
La luna asoma Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables.
En la casa se defienden de las estrellas. La noche se derrumba. Dentro, hay una niña muerta con una rosa encarnada
Te gustó la ciudad que gota a gota labró el agua en el centro de los… ¿Viste sueños y rostros y caminos y muros de dolor que el aire azota… ¿Viste la grieta azul de luna rota
Para ver que todo se ha ido, para ver los huecos y los vestidos… ¡dame tu guante de luna, tu otro guante perdido en la hierb… amor mío!
En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,
Altas torres. Largos ríos. Hada Toma el anillo de bodas que llevaron tus abuelos.