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El rojo sol de un sueño en el Ori… Luz en sueños. ¿No tiemblas, anda… Pasado el llano verde, en la flori… acaso está el cercano final de tu… Tú no verás del trigo la espiga sa…
Al fin, una pulmonía mató a don Guido, y están las campanas todo el día doblando por él: ¡din-dan! Murió don Guido, un señor
¡Ay del que llega sediento a ver el agua correr y dice: La sed que siento no me la calma el beber! ¡Ay de quien bebe, y, saciada
El casco roído y verdoso del viejo falucho reposa en la arena... La vela tronchada parece que aún sueña en el sol y en el ma…
Sobre la tierra amarga, caminos tiene el sueño laberínticos, sendas tortuosas, parques en flor y en sombra y en s… criptas hondas, escalas sobre estr…
A la desierta plaza conduce un laberinto de callejas. A un lado, el viejo paredón sombrí… de una ruinosa iglesia; a otro lado, la tapia blanquecina
La casa tan querida donde habitaba ella, sobre un montón de escombros arrui… o derruida, enseña el negro y carcomido
Palacio, buen amigo, ¿está la primavera vistiendo ya las ramas de los chop… del río y los caminos? En la estep… del alto Duero, Primavera tarda,
¿No eres tú, mariposa, el alma de estas sierra solitarias… de sus barrancos hondos y de sus cumbres agrias? Para que tú nacieras,
LOS OJOS Cuando murió su amada pensó en hacerse viejo en la mansión cerrada, solo, con su memoria y el espejo
...Fue un tiempo de mentira, de in… la malherida España, de Carnaval… nos la pusieron, pobre y escuálida… para que no acertara la mano con l… Fue ayer; éramos casi adolescentes…
¡Primavera soriana, primavera humilde, como el sueño de un bendi… de un pobre caminante que durmiera de cansancio en un páramo infinito… ¡Campillo amarillento,
En nuestras almas todo por misteriosa mano se gobierna. Incomprensibles, mudas, nada sabemos de las almas nuestras… Las más hondas palabras
Hacia un ocaso radiante caminaba el sol de estío, y era entre nubes de fuego, una tr… tras de los álamos verdes de las m… Dentro de un olmo sonaba la sempit…
Amada, el aura dice tu pura veste blanca... No te verán mis ojos; ¡mi corazón te aguarda! El aura me ha traído