Loading...

  Ay, sabe la noche—corazón delator,
que de nervios se esconde la tristeza;
celosa Venus de amor bañada, entre lanzas de arma vieja, sangres de huestes de dios;
¡vinieron para guerrear por la gloria, por la verdad!
Verdad de verdades se esconde en la beldad de la vida,
 
  a nada de ser descubierta por los ojos del campo, largo tiempo ciegos,
pues abrieron su orejas para presenciar la
escucha de algo más grande que ellos mismos;
universo del hombre, solo posible en él,
por él y quien Dios, al porvenir regalado,
pero nacido del ahora, e hijo del pasado
 
  sabrán los que vengan como se les será dispuestos,
ahí el día que acabe, siete soles se alcen,
y los mares sean desiertos,
de que los caminos del hombre ilustre no son los indicados,
guías sordos, ojipláticos
  y será el predicador en ese desierto,
vasto desierto de enseñaza,
  donde los astros en sus esferas dispongan al hombre su ser,
sea por fin como siempre hubo de haber sido,
sin soltar la mano de su destino.

Other works by Qaffqa...



Top