Nevada, clara de nieve, flor de los témpanos, tú, sobre una corza marina. Norte. Sur. Dorada, clara de oro,

Perdido está el andaluz del otro lado del río. —Río, tú que lo conoces: ¿quién es y por qué se vino? Vería los olivares

Y el mar fue y le dio un nombre y un apellido el viento y las nubes un cuerpo y un alma el fuego. La tierra, nada.

Las floridas espaldas ya en la nie… y los cabellos de marfil al viento… Agua muerta en la sien, el pensami… color halo de luna cuando llueve. ¡Oh qué clamor bajo del seno breve…

¡Nostalgia de los arcángeles! Yo era... Miradme. Vestido como en el mundo, ya no se me ven las alas.

Los dos callando y a oscuras, mi amante, sí; no a la luna. Pero sí los dos callando, mi amante, a oscuras;

Zarparé, al alba, del Puerto, hacia Palos de Moguer, sobre una barca sin remos. De noche, solo, ¡a la mar! y con el viento y contigo!

Es cuando golfos y bahías de sangr… coagulados de astros difuntos y ve… inundan los sueños. Cuando golfos y bahías de sangre atropellan la navegación de los le…

Huele a sangre mezclada con esplie… Venida entre un olor de resplandor… A sangre huelen las quemadas flore… Y a súbito ciprés de sangre el fue… Del aire baja un repentino riego

Oh tú, mi amor, la de subidos seno… en punta de rubíes levantados, los más firmes, pulidos, deseados, llenos de luz y de penumbras lleno… Hermosos, dulces, mágicos, serenos

Las tierras, las tierras, las tier… las grandes, las solas, desiertas… Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, al sol y a la luna.

Entraña de estos cantares: ¡Sangre de mi corazón, tarumba por ver los mares! El mar. La mar. El mar. ¡Sólo el mar!

Ven. Ven. Así. Te beso. Te arranco. Te arrebato. Te compruebo en lo oscuro,

¡Ja, ja, ja! Qué gracioso está mi corazón vestido de smoking rojo ¡je, je, je!

Hubo luz que trajo por hueso una almendra amarga. Voz que por sonido, el fleco de la lluvia, cortado por un hacha.