(1929)
¡Oh!... ¡Probar el deleite (si pudiera olvidarte) de volver a quererte!
Lamiendo tierra, arena, raíces y b… tumbo a tumbo al origen precipítas… Los oros del poniente despilfarró… de ondulante premura por liquidar… caudal de margaritas y alas de mar…
Deja que duerma mi pensamiento! ELlA. Como un niño que
A la hora equidistante del pez ama… con la primera espuma de la mañana… como un presentimiento de bostezo… su forma sin aristas, deshilachada… Flota, digo, la niebla, crispada d…
Marítima cuaresma de lo metamorfos… _¡oh suicidio asombrado de peces y… cuando crecen escamas al vientre d… mutilado de estrellas y preñado de… ¡Pueril forma dolida del sueño can…
Una luz rasga la noche trepanando__arriba__nubes. Pareces estrella en marcha, avión-pupila que subes! Tu ruido__toques del viento
Se burlaba el surtidor —¡la risa casi lo ahogaba!— porque la lluvia bajaba y él la devolvía al Señor...
Traje a ti mi soledad para que le dieras alma. Pero la dejaste sola
Murano ya mi mente, hoja delgada de pensamiento y sangre, vena a ve… salpica en ritmo, mística, serena su lírica pasión cristalizada. De cada golpe en plenitud alzada
Las nubes –escolares de escuela elemental– han tomado sus libros de luz y se van... El caballo del viento
¡Mangos!... ¡Mira!... ¡Tantos!... ¡Oh!... ¡Uno maduro!... (¡Dio un salto... y salióse su seno, desnudo!) ¡Yo salté del árbol!
La estrella vespertina, fatalmente… suspira ensimismada tras el mito s… ungiendo, mariposa, la traslúcida… con grito de cristales y pupila de… Cuando, rumbo al helado sepulcro d…
Canxancio del inútil ademán extend… jaculatoriamente sobre humus y sec… fatiga de la estéril simiente dete… macerada y hollada por uña, cal o… Pero ¡oh ubérrimo tacto, bucólica…
Esquirlas afiebradas de aguacero,… desataron la muerte sobre yerba y… Fusilada la rosa, decapitado el na… ¿que anegado colapso sufrió la Sen… Dolorosa de nichos y aterida de ll…
Viejo muelle zurcido de brumas y s… Visión húmeda. Verde vaivén de re… Torso de ola. Gaviotas silbando e… de un canto marinero. Yodada hora… cuando el pelícano hunde puñales e…