El camino
Vienes sin contemplación ni misericordia
arrasando con los vestigios de ingenuidad e inocencia
como fuerza de la naturaleza imbatible y poderosa
llevas entre tus ondas y estruendos momentos.
Hoy no espero ser mejor, solo quiero estar a la expectativa
del aire que respiro y la fuerza que me brindas
ser digno de caminar el sendero que brota de tus entrañas
acariciar cada día cual joven enamorado y contemplar
la noche sin remordimiento de lo que fue y sin miedo a lo que será.
Te miro complaciente, pacifico y te contemplo bajo la mirada
del sabio, del paciente, de la experiencia y del amor
en ese punto donde no hay equivalencias fuera de toda lógica
espero moverme en el sentido que merece, que es y que será
por siempre una declaratoria de victoria sobre la adversidad.
