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La muerte

Existe una sensibilidad que habita en las profundidades del alma, la cual nos lleva a conocer la muerte de todo aquello que se ha ido acumulando en estos abismos infinitos. Aquí es donde cae todo lo que alguna vez fue, transformando lo vivido en ilusión, en simples pero pesados recuerdos.

-   ¡Oh, corazón y ojos! ¿qué es morir entonces a esto que yo sueño con los ojos abiertos y cerrados durante el día y la noche? -

El alma observa la muerte como una experiencia sublime, llena de éxtasis, cuyas palabras no pueden describir lo que está aconteciendo, lo que se está desprendiendo. Sin embargo, en ciertos pasajes de la existencia misma, al no sentir el reflejo del espejo, el alma se ve envuelta en un huracán reteniendo con todas sus fuerzas lo que se ve en las profundidades de los sueños, apegándose y aferrándose a lo ya vivido y deseado; generando una muerte difícil y dolorosa; llena de espinas que se entierran como clavos imaginarios, destruyendo el espejo...

-   ¡Oh, corazón y ojos! Mis sueños ya no son imaginarios, pues ellos van y vienen, sin saludar ni despedirse. Alabo entonces la muerte, mas el miedo a la no existencia tiene una presencia majestuosa.

Os digo, corazón y ojos, que la muerte aprendida a través de la tradición se percibe como algo oscuro y tenebroso; algo frío y escalofriante; llena de rituales y rezos; llena de lágrimas que lloran el apego, pero no festejan la libertad de lo que ya dejó de existir, porque al morir a la ilusión es dejar de existir en la Historia que alguna vez se vivió y a la cual el alma siempre gozó o sufrió, o deseó.
Es así como la muerte puede resultar como el vuelo del águila, sin dejar rastro en su trayectoria. Es simplemente dar fin; finalizar con algo que ya no es útil para la vida misma, algo que no pertenece ni al bien, ni al mal. Simplemente es morir a todo el rastro del pasado para poder nacer nuevamente, donde el espejo solo refleja lo que va pasando para que los ojos observen y corazón sienta.

-   ¡Oh, corazón y ojos! Mi muerte es mi abrazo a lo que solo puedo sentir sin nombre ni relato. Mis sueños son hologramas contando historias donde a veces solo lo oscuro reina y el alma encuentra paz -.

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