Heridas
2002
Alguien hilvana un retrato
y desdibuja el plano del presente.
Emerge agua por la cerradura de tus lágrimas,
Calla, petrificado el contorno de los labios.
Antorchas apagadas iluminan tu vientre
y anuncian lo inevitable, escrito en arena.
Los campos nevados de tu alma
queman frutos derretidos de ausencia.
El espejo busca la imagen insensible
de un grito ensangrentado que mi mano sostiene,
y hago parir al árbol los ríos de savia
que me ahogan
inevitablemente.
Hay una síntesis que damnifica el sentido.
El final es el mismo: siempre lastima
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