Blanco marfil, que del profundo centro
con fuerza natural, que en mí mostraste,
la más subida prenda me arrancaste
que tiene el alma del sentido adentro.
Trasparente cristal, que fuera, y dentro
la compostura del divino engaste
tienes con tanta luz, que no hay quien baste
a tener resistencia al vivo encuentro.
Nevada mano artificiosa, y pura.
del más purificado y excelente
metal del mundo en gran razón compuesta.
Manos en quien las fuerzas de ventura
puestas están: dichoso aquél que siente
en tales manos su esperanza puesta.