#1964 #ElOtroElMismo #EscritoresArgentinos
En el bronce de Homero resplandec… negro vino que alegras el corazón… Siglos de siglos hace que vas de m… desde el ritón del griego al cuern… En la aurora ya estabas. A las ge…
El hemisferio austral. Bajo su ál… de estrellas ignoradas por Ulises, un hombre busca y seguirá buscando las reliquias de aquella epifanía que le fue dada, hace ya tantos añ…
En 1678, en París, el duque de Maine publicó sus “Obras completas de un autor de siete años”. En 1807 el casi tan precoz Connop Thirlwall (que después llegó a obispo) publicó a la edad ...
Quienes escriben que la secta del Fénix tuvo su origen en Heliópolis, y la derivan de la restauración religiosa que sucedió a la muerte del reformador Amenophis IV, alegan textos de Her...
Yo que soy el que ahora está canta… seré mañana el misterioso, el muer… el morador de un mágico y desierto orbe sin antes ni después ni cuánd… Así afirma la mística. Me creo
De estirpe de pastores protestante… y de soldados sudamericanos que opusieron al godo y a las lanz… del desierto su polvo incalculable… soy y no soy. Mi verdadera estirpe
Apenas lo entreveo y ya lo pierdo. Ajustado el decente traje negro, la frente angosta y el bigote ralo… y con una chalina como todas, camina entre la gente de la tarde
A un compadrito le canto que era el patrón y el ornato de las casas menos santas del barrio de Triunvirato. Atildado en el vestir
Sueño que el mar, el mar aquél, me… Y del sueño me salvan las campanas De Dios, que santifican las mañan… De estos íntimos campos de Inglat… Cinco años padecí mirando eternas
Los editores de la serie «La vivante histoire» acaban de reeditar este libro. Su nombre, un tanto general, no deja adivinar que se trata de dos estudios de carácter biográfico y literar...
El Dios a quien un hombre de la e… apresó en una playa que el bochorn… se convirtió en león, en dragón, e… en un árbol y en agua. Porque el a… Es la nube, la irrecordable nube,…
En la infancia yo ejercí con fervor la adoración del tigre: no el tigre overo de los camalotes del Paraná y de la confusión amazónica, sino el tigre rayado, asiático, real, que sólo pue...
Somos el río que invocaste, Herác… Somos el tiempo. Su intangible cu… acarrea leones y montañas, llorado amor, ceniza del deleite, insidiosa esperanza interminable,
Más vil que un lupanar la carnicería rubrica como una afr… Sobre el dintel una ciega cabeza de vaca preside el aquelarre
Fría y tormentosa la noche que zar… Al doblar el Cerro, tiré desde la cubierta más alta una moneda que brilló y se anegó e… una cosa de luz que arrebataron el…