#1964 #ElOtroElMismo #EscritoresArgentinos
Le cruzaba la cara una cicatriz rencorosa: un arco ceniciento y casi perfecto que de un lado ajaba la sien y del otro el pómulo. Su nombre verdadero no importa; todos en Tacuarembó le d...
Ni tiniebla ni caos. La tiniebla requiere ojos que ven, como el sonido y el silencio requi… y el espejo, la forma que lo puebl… Ni el espacio ni el tiempo.
¿Y fue por este río de sueñera y d… que las proas vinieron a fundarme… Irían a los tumbos los barquitos p… entre los camalotes de la corrient… Pensando bien la cosa, supondremos…
Recordar a quien duerme es un acto común y cotidiano que podría hacernos temblar. Recordar a quien duerme es imponer a otro la interminable
Bruma de oro, el Occidente alumbr… la ventana. El asiduo manuscrito aguarda, ya cargado de infinito. Alguien construye a Dios en la pe… Un hombre engendra a Dios. Es un…
Sean O’Casey, en la actualidad el… En Bombay se organizó un concurso… En París acaba de celebrarse una…
Cuántas cosas. Lucano que amoneda el verso y aquel otro la sentencia… La mezquita y el arco. La cadenci… del agua del Islam en la alameda. Los toros de la tarde. La bravía
Las siete piezas de este libro no requieren mayor elucidación. La séptima (El jardín de senderos que se bifurcan) es policial; sus lectores asistirán a la ejecución y a todos los...
Las migraciones que el historiador… Las divinidades del alba que no ha… El surco del arado de Caín. El rocío en la hierba del Paraíso… Los hexagramas que un emperador de…
Quiero saber de quién es mi pasado… ¿De cuál de los que fui? ¿Del gin… que trazó algún hexámetro latino que los lustrales años han borrado… ¿Es de aquel niño que buscó en la…
Philip Guedalla escribe que la novela The approach to Al-Mu’tasim del abogado Mir Bahadur Alí, de Bombay, «es una combinación algo incómoda (a rather uncomfortable combination) de esos ...
Abulgualid Muhámmad Ibn-Ahmad ibn-Muhámmad ibn-Rushd (un siglo tardaría ese largo nombre en llegar a Averroes, pasando por Benraist y por Avenryz, y aun por Aben-Rassad y Filius Rosadis...
Según su costumbre, el sol brilla y muere, muere y brilla y en el patio, como ayer, hay una luna amarilla, pero el tiempo, que no ceja,
Con lento amor miraba los disperso… Colores de la tarde. Le placía Perderse en la compleja melodía O en la curiosa vida de los versos… No el rojo elemental sino los gris…
En un establo que está casi a la sombra de la nueva iglesia de piedra, un hombre de ojos grises y barba gris, tendido entre el olor de los animales, humildemente busca la muerte como qu...