Fábula
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Llevado de la dulce melodía del cantico variado y delicioso que en un bosque frondoso las aves forman saludando al día, entró cierta mañana
Con las orejas gachas y la cola entre piernas, se llevaba un raposo un gallo de la aldea. Muchas gracias al alba,
Un perro y un borrico caminaban, sirviendo a un mismo dueño; rendido éste del sueño, se tendió sobre el prado que pasab… El borrico entretanto aprovechado
En un atolladero el carro se atascó de Juan Regaña… él a nada se mueve ni se amaña; pero jura muy bien: gran carretero… A Hércules invocó; y el dios le d…
Un asno disfrazado con una grande piel de león andaba… Por su temible aspecto casi estaba desierto el bosque, solitario el p… Pero quiso el destino
A una tortuga una águila arrebata: la ladrona se apura y desbarata por hacerla pedazos, ya que no con la garra, a picotazo… Viéndola una corneja en tal faena,
Un tejedor tenía de poca edad dos niños inocentes con los cuales dormía, por ser tan corto en bienes de for… que no había más cama ni más cuna.
Un joven licencioso se hallaba en un estado vergonzoso… con sus males secretos retirado: En soledad, doliente, exasperado, cavila, llora, canta, jura, reza,
Marramaquiz, gran gato, De nariz roma, pero largo olfato, Se metió en una casa de Ratones. En uno de sus lóbregos rincones Puso su alojamiento;
Cantando la cigarra pasó el verano entero sin hacer provisiones allá para el invierno; los fríos la obligaron
Anarda la bella tenía un amigo con quien consultaba todos sus caprichos: Colores de moda,
Una lóbrega noche silenciosa Iba un León horroroso Con mesurado paso majestuoso Por una selva; oyó una voz ruidosa… Que con tono molesto y continuado
Cierto gato, en poblado descontent… por mejorar sin duda de destino (que no sería gato de convento), pasó de ciudadano a campesino. Metiose santamente
Poco antes de morir el corderillo lame alegre la mano y el cuchillo que han de ser de su muerte el ins… y es feliz hasta el último momento… Así, cuando es el mal inevitable,
Un lobo se quejó criminalmente de que una zorra astuta lo robase. El mono juez, como ella lo negase, dejolos alegar prolijamente. Enterado, pronuncia la sentencia: