#EscritoresUruguayos (1988) Yesterday mañana y
Hoy amanecí con los puños cerrados pero no lo tomen al pie de la letr… es apenas un signo de pervivencia declaración de guerra o de nostalg… a lo sumo contraseña o imprecación
Pensar que en un antes neblinoso y… tu adolescencia era cotidiana y notabas en las yemas de los dedo… las variables superficies de vida que ahora sentís a veces en las uñ…
Ahora tengo fecha las preguntas y dudas convocadas son formas de nacer en lo nacido he quedado en suspenso lo espero todo y ya no espero nada
Vamos mengana a usar la maravilla esa vislumbre que no tiene dueño afilá tu delirio armá tu sueño en tanto yo te espero en la otra o…
No sé por qué este sábado veintisi… toda la democracia salió a la call… democracia la buena la dulce troglodita la melosa del crimen
Entre el viejo delirio intimidante convertido en metralla elemental en azote o plomada o nubarrones contra surco alfabeto y guaguancó en astucia falaz pero de llamas
Unas veces me siento como pobre colina y otras como montaña de cumbres repetidas unas veces me siento
Voy a cerrar la tarde se acabó no trabajo tiene la culpa el cielo que urge como un río
La noche es inhumana. Nadie sabe cómo se cierra esa ventana oscura si no lo hace con su propia llave, replegado en su sombra y sin usura… con la memoria más que nunca alert…
¿Dónde está mi país? ¿junto al río o al borde de la noc… ¿en un pasado del que no hay que h… ¿dónde? ¿en la desolación de la memoria?
La esperanza tan dulce: tan pulida tan triste la promesa tan leve no me sirve no me sirve tan mansa
Montevideo quince de noviembre de mil novecientos cincuenta y cin… Montevideo era verde en mi infanci… absolutamente vrede y con travías muy señor nuestro por la presente
Escombros de carbón basuras de la ciencia abandonos nucleares sabores repugnantes de la nada un cielo protector siempre al acec…
La muerte es siempre una sorpresa… aunque uno comparezca con las bisagras herrumbrosas la gracia pasa pasan las desgracia… las promesas a veces se corrompen
En las puertas de hoy ya no se usan, pero en las viejas puertas había siempre alguna mano (de hierro, de bronce) que era antes que nada un llamador. A Inés le habían atraído estas manos...