Aquella madrugada junto a mi gata, me desvele sin saber lo que llegaría a suceder, a la media noche sentí el  presentimiento de que sería algo bello si me dedicara a contar una a una todas las estrellas...
Las empeze a contar junto a mi gata y  al breve pasar de una hora mi felina compañia se durmió encima de mis piernas, yo continué con mi eterna tarea, contandolas  una a una, evitando parpadear para no perderlas de vista, luego sucedió algo de lo que no acostumbro,  en la estrella número 3031 me pareció ver una flor y acto seguido la recordé a ella, aquella chica por la cual lo di todo pero nunca basto,  sentí el latir de mi corazón algo acelerado, quizá por algo, no lo sé, continúe en la infinita labor de contar las estrellas, pero en la estrella número 3060 me pregunté ¿Verdaderamente yo la  amé?