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El encuentro

Yo que te añoro cada tanto
Que en tu aroma imaginario me envuelvo
Que tu ausencia es soledad caliente y azucarada
Me la bebo en las tardes y en las mañanas que son sagradas
Me muestras tus ojos
Infinitos espejos
Canicas de vitro personalidad
 
¿Quien eres?
Eres mi deseo del encuentro
Ese otro reemplazando la ausencia sosegada de las tardes arrulladas
 
Eres el otro
Sin duda alguna
Con sus lunares
Y sus lunáticas lunas
 
El tentempié inesperado
El regalo de las abejas
El susurro del río y la noticia del tren
Ese ósculo suave de la ultima noche de invierno
La tímida transparencia del tacto
La membrana renovada de mi miocardio
 
Eres ese otro
De profundas  dilucidases
de carismáticas contradicciones
El otro
Complementario y absuelto.
Necesitado y resuelto
Pluma divina para escribir algo de emoción en el día
Y también la vertiente de romántico ego
 
Quien si no tu, otro
Para hacerme sentir
Lo que ya no quiero
Para revelarme en la cámara roja
Las fotografías de tus recuerdos
Porque es cuando te compartes
Cuando también me develo
 
Quien si no tu, otro
Con tus espejismos de oasis
Con tus taciturnas sonrisas
Con tus enmarañadas caricias
Con tus embustes risueños
Y tu mágica absolución del que sin ese tú, otro
Yo, ni ninguno de nosotros podríamos ser del todo.

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