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Castigo mío

Y yo era un hogar al que abandonaste
Ruin, apesadumbrado, perezoso, desaventajado, inhóspito, desacatado
El que un día, de repente, te supo a veneno
No quedó ni la sombra de lo que fue.
 
Salió despedido nuestro amor
 
Y no volví a ser fogata en tus labios
 
Agridulce sabor a despedida
Para este cuerpo descarrilado,
Que no tiene fuerzas para sostener una ilusión .
 
Resentido revés de la vida,
lo que sigue  a veces revestido de esperanza, por si algún día,
Por si en algún momento, todo se enrevesa más
Y caigo rendida hacia la pena más grande de hacerte inmortal aunque ya no estés vivo en mi presente.
Asiento porque aún presiento y consiento que esto va a durar,
que en mi vivir vas a seguir como una réplica de lo que llegaste a ser.
Cómo si pudiera realzarte a mí modo
Y embelesarte moldeando los recuerdos
y así hacer como que no estoy enfadada contigo
Pero, en verdad, se que todo es puro teatro.
El pasado pasó,
el café se enfrió
y el tren se despidió de nosotros en su día.

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