Alberto Cerda

Enajenación

Colmo mi silencio, enajenado en el momento,
me sé regocijar al mirarte en el intervalo de tu risa.
¡Hermosa es la contemplación que enmarca tu belleza,
hermosa la hora en que te detienes ante mis ojos!
 
Y así, suspendida en mis retinas,
te hago refugio en mi mente,
colgada en mis pensamientos
como un eco perpetuo en el alma.
 
Generosa es la dicha de tenerte en el instante,
de hacerte mía cuando, coqueta,
te entregas desnuda a mis brazos,
y el deseo nos roba el aliento.
 
Hermosa y bendita es la contemplación de verte dormida,
mientras las sábanas delatan tu cuerpo desnudo.
Culmino mirándote tiernamente,
acunando tu esencia en el refugio de mi pecho
 
Por: Wcelogan

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