Rotunda se le llama a la tristeza
Caigo en el eterno desasosiego
Y la incertidumbre me desangra
En una bañera nombrada soledad.
Renazco en la belleza de este mundo
Y desfallezco en el lago del despecho
Como un sueño forjado sin empeño
El deseo se ha vuelto en embustero.
Me siento dividido en la tragedia,
El llanto y entre otras miserias
Como un mundo de desolación
De promesas rotas sin razón.
Han despojado una parte de mi:
Las sonrisas, el desengaño, la ilusión
Los besos largos sin cariño
La falsa compañía como desolación
Miradas vacías e impenetrables
Mi lado opuesto y complementario
Como el eco de mis sueños
Arraigadas sin amor contra el frió suelo.
Aun queda tu olor polimerizado en mí
Con el viento que juntos vivimos
Mientras que en el silencio me retuerzo
En la falsa cobija de las fotografías
De tu aroma, de los momentos olvidados
El infinito recorrido por tu cuerpo
Y el dulce veneno que yace en tus labios.
Así divago por mi mente, el anhelo
Los verbos y el incontrolable deseo
A punto de caer en una navaja muy
Afilada, por los errores de un ayer.
Qué pena me da que al final, de este
amor, acabara de un aleteo sin sueño
con un suspiro sin aliento o como tal
dicen: voces rotas en algún silencio…