Ayer comentaba, a propósito del poema de Cartago, que yo era uno de los niños del grabado. Quise decir que me había elegido en uno de ellos. Me ha ocurrido algunas veces ver niños jugando o en cualquier actividad y escogerme a mí mismo con la imagen de uno de ellos. Ese soy yo, he dicho, y con eso he adquirido plazos de inmortalidad. Ya sólo quedan poemas para esta semana en el libro que estamos revisando, pero no os preocupéis, la vida ha sido larga y tengo muchos otros por publicar.
Referencias:http://www.alejandroaura.net/wordpress/?cat=9