La luz que habita en ti tiene una… Es el arco de Diana, a ti otorgad… Y por esta puerta, el cielo estrel… se dibuja en mi corazón de pena. Se dibuja el cielo por la luna ésa…
El mar tranquilo se goza, el mar tranquilo está. Nada sobre él se posa que lo pueda lastimar. Pasan las tormentas lentas,
Quiero volar muy alto por las mont… —libertad madura de quien deja el… Veo a mis hermanos ya extender sus… y realizar proezas en el aire. Los admiro.
Yo no sé por qué te extraño. No quiero anhelarte más. De ti me quiero olvidar, pero no puedo, pues... te amo.
En la mañana tranquila de un invie… caminaba ella con mirada serena y yo la seguía detrás, en mi avern… rogando poder ver su mirada amena. Infierno.
«Silencio»: es la muda palabra que… ¡Silencio! ¡Guarden todo! Necesito escuchar el susurro. «¡Silencio!»: grita mi conciencia… ¡Silencio! ¡Por favor, silencio!
Sembremos sueños, doncella, para un día cosecharlos. Sembremos anhelo, nardo cual vara de san José fragrante florece un mes
Caminando por un sendero a mí una… Atravesé el mundo entero y la luz… Me abrió los cielos y el horizonte… la tierra se abrió en dos y aparec… un niño que envejeció, un viejo qu…
Cambiaría uno de mis suspiros por uno de los tuyos. ¡Cómo me encantaría volver a esos días bellos, a esos días contigo,
Veo tu rostro alzarse. En mi abismo resplandece y se impone con su dulce presencia… Tu rostro... ¡qué misterio!
Tanto tiempo olvidada, oh alma mía… encerrada en las penurias de un mu… que se olvida una y otra vez que e… para ser feliz. ¡Oh alma! Ahora voy a escucharte.
En silencio y en distancia prudent… parece que contemplo algo divino. Aprecio una luz que de ti proviene tal como una estrella en el cielo… Rodeada de oscuridad, resplandeces…
Rumania, tierra desconocida por mí, de sangre empalada y mitos… cultura antiquísima y pasión, ni pensé ni imaginé que un día aquella mi dulce flor de vino
¡A qué no supiste lo que sucedió! Un lindo ángel del cielo me visitó… Sus alas disfrazó en un blanco cha… y en jeans se presentó del cielo h… Despertó mi sueño su dulce mirada,
Tú, avecilla sin ni un ala, mi paradoja, escabel de luz bella y que en ti cala, farolillo de papel; para el cielo destinado