Oculta las pasiones prohibidas de los amores anónimos.
Entre las delicadas y finas líneas
de incontables pentagramas
sostienes los sentimientos de aquellos que conocen la vida.
Quienes conocen el tibio y dulce sabor de la felicidad;
aquellos que han probado la amargura de la tristeza
y el calor de la ira.
En estos tristes días,
en los que el mundo parece abalanzarse
con su pesada armadura de ignorancia y odio,
conviértete en mi escudo.
Cuando el amor se debilite en lo más profundo de mi corazón
eres tú, arte universal,
quien me abraza y protege.
Me das tus palabras
para que yo escuche y reflexione,
me das tus brazos como protección,
tus manos como ayuda,
tus labios para que hablen mis pensamientos
y tus notas para elevar mi alma entre pasiones.
De un acero impenetrable está forjada
la puerta a mis sentimientos.
Sin embargo tu dulce caricia
la derrumba con sus tonalidades variadas y llenas de vida.
Ayúdame a ser paciente
oh, música tranquilizadora.
Como una madre calma al niño que llora,
acógeme dentro de tus sonidos.
Y escóndeme de la crueldad.
La ignorancia carcome,
como termitas carcomen la madera,
mi voluntad y debilitan sus cimientos lentamente.
Oh, pero tú, música,
eres un refuerzo poderoso y resistente.
Música es aquella que es hermosa,
aquella que es diferente, adaptable,
comprensiva y a la vez complicada.
No tiene límites
y sin embargo puede ser adiestrada.
Como salvaje bestia
puede embestir la calma
y como brisa tranquilizadora puede calmar las tempestades del mundo.
La música significa libertad y voluntad.
Momentos difíciles me has ayudado a superar,
y dentro de tu seno acoges a aquél que está perdido.
Comprendes mis dolores y me ayudas a expresarlos.
Música.
Eres belleza, eres amor,
eres ira y desamor.
Eres implacable,
eres invencible,
eres impecable
a pesar de ser invisible.
Eres la expresión del ser humano;
los cimientos de la libertad.
Mientras tú existas en tu belleza,
el hombre no se extinguirá.