De Cibeles a Toledo (Poem)
No hay preguntas estúpidas,
sino estúpidos que
hacen preguntas
Alfonso J. Paredes
¿Quién a mí me manda
meterme en estos laureles,
que desde la Plaza de Cibeles
y el Paseo de Recoletos,
no pueden quedarse quietos
pero no corre sino anda?
Es muy rara la osadía,
que me lleva por el contubernio
que produce al recitar mi poesía,
que en él sidra y vino
como un dios divino
me lleva por el camino a medio día.
Si me pongo meloso, porque me pongo,
que si me arreato alegre y salgo,
será porque lo valgo.
Aún no veo el momento en que feliz día,
embuchados reticentes,
en esto me saco unos dientes,
cuando en la plaza de Cibeles, canto melodía.
En las tres puertas o en la de Toledo
se da por costumbre empinar el codo,
que de violetmorado el líquido de oro
que me hace tambalear como si estuviera pedo.
Con suave chanza te conmino y te reto
a recorrer juntos el paseo de Recoletos
y luego nos vamos a la Puerta de Toledo.
¿¡Ay! quien me mandaría a mi
meterme en estos laureles,
buscando la palabra, que si rima e re o en si
contando emocionado las sílabas,
estando ellas escondidas tras los dinteles?
Como ilusionado y taciturno vagabundo,
correveydiles y diletes al afamado oriundo,
que ha publicado en finos y de lindos papeles
los versos inverosímiles que baila el vagabundo.
Pero luego caes al precipicio de los dioses
que miran enojados hacia otro lado,
tu ego y honra como un pañuelo cuando toses,
te das cuenta de que la vida cruel te ha maltratado.
Sabiendo que he caído más gracioso que en gracia,
huyendo de la más profunda desilusión
por encima como una apisonadora, como un camión,
no consuela ni con sonajas ni quinqueles la desgracia.
Repuesto del entuertero pero no menos disgusto,
me levanto y mi cabeza da vueltas del susto
que me llevo cada vez que entro en esta mafia.
¿Quién a mi me mandaría
a bregarme entre los laureles
que nos llevan de la mano de Cibeles,
hasta la altiva y pasiva puerta de Toledo?
Poem & Rhápsody ©2022
La fina pies de la cáscara
Alfonso J. Paredes
