(2013)
Como dijo Jaime Sabines: “Yo no lo sé de cierto, lo supongo”.
Abro el libro, como una puerta hacia otra realidad que se me ofrece, tal vez porque mi vida de empleado en un café internet no tenga muchas emociones. La cotidianidad de un hidalgo manc...
Gracias amigos porque leen mis ver… de tímida palabra que aventura mi cambiante sentir y mi incultura manifiesta en renglones tan advers… Hay diálogo entre ustedes los lect…
Bendito sea el que da calor y abri… al que llega agobiado por la pena, el que no puede ver la angustia aj… impasible. Bendito sea el amigo. Bendito porque en él lleva consigo
Haz que vuelva Señor a tu convivi… que del amor a Ti nos hace hermano… hazla sana mi Dios entre los sanos ella es buena Señor, mándale alivi… Que mi plegaria a Ti le mande el…
Un prodigio es tu belleza pero le he cantado poco. Tu cuerpo, Reina y Alteza, más que cantarlo, lo toco. He de mirar tus encantos
Despierta de madrugada, su día empezó desde ayer es múltiple su jornada porque es líder y mujer. A sus hijos y la escuela
Llegan y parten sin cesar los tren… En la lúdica magia del ocaso puedo tener la facultad, acaso, de adivinar si en el que sigue vie… Mientras sucede, ya declina el día…
Señor, gracias te doy por esta eda… un año más, confieso, inmerecido porque pendiente estás de mi y lo… y vuelvo a Ti en cualquier contrar… A esta criatura miras con piedad
¿Qué haré vida sin ti, qué hará la… y qué irá a hacer jamás mi sombra… atrapada por siempre, recluída en tinieblas muriendo de tal suert… ¡Cuánto voy a morir, cuánto descie…
Voz que era mía tan melodiosa tan sensual apenas, murmullo descarado que no gusté como debiera; que sublimado, aire al fin,
Mi nombre es Amadeo, aunque tal vez el dato sea irrelevante; algunos dicen que los nombres son predestinación. Mi vida es ordinaria y sencilla. Del trabajo a la casa, un beso a mi espos...
Me conoces, me presientes detrás de ti mirando a través de tus hombros. Tan cerca de tus sienes que escucho los murmullos
Desperté, y vi que estaba muerto, las paredes inmensas guardaban mi silencio, mi cuerpo estaba yerto
Se aman sin reservas adentro de una oquedad, en la parte más alta de la pared, lejos de la atención de cualquier ojo impertinente o una intrusión desastrosa del enemigo natural. Les so...
Me envilezco, me aterro de mi mismo, de la barbarie que habita escondid… agazapada, riente en arrugas trincheras de mi cara.