#Argentinos #SigloXIX #SigloXX
¡Yo te juré mi amor sobre una tumb… sobre su mármol santo! ¿Sabes tú las cenizas que qué muer… conjuré temerario? ¿Sabes tú que los hijos de mi temp…
Obrera sublime, bendita señora: la tarde ha llegado también para vos. ¡La tarde, que dice:
Como la lluvia copiosa sobre el su… como rayo de sol sobre la planta, como cota de acero sobre el pecho, como noble palabra sobre el alma, para los hijos
Nocturno canto de amor que ondulas en mis pesares, como en los negros pinares las notas del ruiseñor. Blanco jazmín entre tules
La montaña que tiembla, porque sie… germen de cataclismo en sus entrañ… el huracán que gemebundo emigra quién sabe a qué región y qué dist… el mar que ruge protestando airado
Si te postran diez veces, te levan… otras diez, otras cien, otras quin… no han de ser tus caídas tan viole… ni tampoco, por ley, han de ser ta… Con el hambre genial con que las p…
Ayer me diste una flor, una flor a mí, señora, que no consagré una hora ni al más poderoso amor. ¿Flores a mí? ¡si es mejor!,
4.- No hay caridad verdadera que n… que no se manche. 5.- Para subir hasta Jesús hay qu… y para llegar hasta Dimas hay que… éter irrespirable de los inocentes…
Velado por fulíginos elásticos de… con galas y atavíos y aromas turba… de ignotos lares llega con áureas… el príncipe verano, custodiado de… ¡Salud, príncipe indigno, laureola…
Tú tienes, para mí, todo lo bello que cielo, tierra y corazón abarca… la atracción estelar ¡de esas estr… que atraen como tus lágrimas!; La sinfonía sacra de los seres,
Como del fondo mismo de los cielos el sol eterno rutilante se alza, como el seno turgente de una virge… al fuego de la vida se dilata: Así radiosa,
Agrupándose ligeras vienen nubes tenebrosas, y montañas espantosas en el cielo acongojado de sus senos, derramado
Cuando se haga en ti la sombra; cuando apagues tus estrellas; cuando abismes en el fango más hed… más maligno, más innoble, más maca… más de bestia, más de carcel,—
Ayer te vi... No estabas bajo el… de tu tranquilo hogar ni doblando la frente arrodillada delante del altar, ni reclinando la gentil cabeza