Hoy he visitado las calles de mi antiguo barrio
y todo sigue ahí,
como si el mundo no hubiera cambiado,
como si mi mundo no hubiera cambiado.
Lloraban
y las infinitas lágrimas de los muros
donde tú y yo discutimos,
empapaban el asfalto
donde te pedí perdón avergonzado.
Las viejas escaleras se han hecho hurañas.
Aprendieron a no echarme de menos
cuando dejé de recorrerlas
porque tú ya no esperabas arriba.
El túnel ahora habla de nuevos amores
y ni siquiera recuerda nuestros nombres.
O no quiere acordarse;
hay recuerdos que solo duelen.
La puerta estaba abierta.
Creo que podría haberme perdonado
el daño que me hice.
Parece que me invita a entrar,
pero no tiene sentido,
mi mundo ha cambiado desde que no estás.
Quizá yo no me haya perdonado todavía.