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Todo se ve conforme

Todo se ve conforme,
a la estatura impuesta al desalojo.
No eras de piedra, ya lo sé.
Pero a mis ojos niños,
la estatura del padre,
cruza la frente como un rayo
y esa imagen de grandeza infinita,
no se borra del todo, ni sucumbe,
ante la realidad inhóspita del planeta.
Todo se ve conforme,
al ojo niño que lo ve.
Que lo va contemplando y lo hace tan suyo,
con sol de espanto y precisión.
Todo se ve conforme,
A las luces de la añoranza vital.
A revoltijos de emoción, cuando las manos tocan
la presencia del otro,
en el susodicho patio existencial.
Todo se ve conforme,
a esa pequeña gloria que se alcanza,
cuando ese niño deja de serlo y se concibe,
ya crecidito y soberano,
que no es capaz de perdonar al tirano.
Todo se ve conforme
a nubarrones turbios.
A hondura de emotivos perfiles
y hojas atadas a la brisa cáustica.
Hojas y brisas frías, por supuesto,
pues cielo y río se han escondido,
murmullo adentro del espíritu.

(2012)

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