Inútil es tu gemido: no la mueve tu dolor. La muerte cerró su oído a todo vano rumor. En balde tu boca loca,

¿Por qué tú que me amabas con esa… solicitud celeste, me dejas hoy? ¿… no acudes a mis lágrimas? Es un misterio enorme... Es un misterio enorme..., ¡pero yo…

Yo alabo al cielo porque me brindó… para mi fondo gemas, para mi marge… porque cuando la roca me muerde y… hay en mi sangre (espuma) filigran… porque cuando al abismo ruedo en u…

Tu amada muerta es como una prince… Su alma, en un total olvido de sí… Mas si tú persistes en quererla, Un día esta persistencia de tu amo… Su espíritu tornará a la concienci…

Sí, yo amaba lo azul con ardimient… las montañas excelsas, los sutiles crespones de zafir del firmamento, el piélago sin fin, cuyo lamento arrulló mis ensueños juveniles.

Bien sé, devota mujer, cuando te contemplo en tus fervores y celo arder, que no me puedes querer como quieres a Jesús.

Por diez años su diáfana existenci… Diez años en mi mano su mano se ap… ¡y en sólo unos instantes se me pu… que por siempre mis besos congeló! ¡Adonde iréis ahora, pobre nidada…

Todo amor nuevo que aparece nos ilumina la existencia, nos la perfuma y enflorece. En la más densa oscuridad toda mujer es refulgencia

Es preciso que tornes de la esfera… con los flavos destellos de la Lun… cual la momia de un mundo, de la a… es preciso que tornes y te vuelvas… y me des un refugio, ¡por piedad!,…

Si no te supe yo comprender, si una lágrima te hice verter, bien sé que al cabo perdonarás con toda tu alma... ¡Qué vas a hac… ¡El que más ama perdona más!

Entre el dudoso cortejo de sombras, peregrinando voy una sombra buscando. En el místico reflejo de la noche constelada

¿Adónde fuiste, Amor; adónde fuis… Se extinguió del poniente el manso… y tú que me decías: «hasta luego, volveré por la noche»... ¡no volvi… ¿En qué zarzas tu pie divino heris…

Muerte, ¡cómo te he deseado!, ¡con qué fervores te he invocado!, ¡con qué anhelares he pedido a tu boca su beso helado! ¡Pero tú, ingrata, no has oído!