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Deseo

Se desliza la seda por el cuerpo afiebrado,
como cuando nos dejábamos caer
en la ladera virgen de la nieve.
Blancas colinas
o légamos de miel,
la humedad que desciende con su lenguaje oscuro
al territorio intacto de la luz.
El viento roza su límite un instante
resbala hacia el abismo y retrocede
sospecha al otro lado la sed de lo imposible.
Alba encendida
pasión eternamente,
certeza de plenitud
al roce de mis dedos que tiemblan asustados.
 
Lengua, saliva, piel,
la palabra total, su latido, su aliento.
 
Se desliza la seda, se deshace la nieve.
El viento insiste.
Da miedo sospechar tanta belleza.
Preferido o celebrado por...
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