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AUSENCIA.

                     AUSENCIA
 
  Rasga las sombras una voz que canta
Cual hilo de seda llega hasta la sala,
donde  el viento  mece con sus alas
  tu  sillón  mullido...
y  el humo  de tu pipa, se levanta.
 
  Ya el rescoldo del hogar se enfría
y  hasta el gato yace   somnoliento,
esperando  que vuelva tu sillón, un día,
          a  mecerse...
sin que  lo meza el viento.
 
  La casa está vacía,
la   taza de café siempre  caliente,
tu pipa  esperando tu boca complaciente,
y  en mi alma,  dolores de tinieblas
y  frío de nostalgias.
 
      La lejanía   ¿dónde  está la lejanía?
el tiempo que en el reloj de arena
se llevo, en torbellinos, tu alma.
¿Dónde está tu rostro, que en las nubes
 dibuja  la nostalgia?
 
             El ayer perdido entre tinieblas,
sin   dar     respuestas  al por qué
 de  tu  tardanza,
permanece   incólume  en la fiebre de mi piel
 
Tus sentidos... unos con los míos,
Entre  mórbidos espacios de silencio
ocultan el penetrante extracto    de tu cuerpo
 
  ¿Qué daría mi ser por el Ayer?
¡Todo lo daría!
el canto de la noche, y el susurrar del viento,
el dolor de las entrañas  al parir el sentimiento.
 
             ¡Todo lo   daría!
Mi  hoy, mi mañana,  mi futuro  incierto...
 
¡Todo lo daría por retomar el sendero
       Que corría paralelo a tu ser.
 
Los caminos de la noche...
¿te acuerdas...?
                     Impregnados de silencio.
 
El aroma del deliro
al enroscarse los cuerpos,
el palpitar del alma en el juego de los  sexos
y el néctar de la vida...
al    final de  los  Recuerdos
 
¡Rasga las sombras
una  voz  que canta...
 
Y el silbido de la noche...
           ¡Confunde la  Nostalgia.!

Otras obras de Ambretta Recanatini Yanez...



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