Yo miro a yo como a un extraño viene a hablar conmigo a hablar en mí y yo no sé qué decir sino lo que dice él

En el repliegue más escondido de la pena da pena la soledad de Dios

Lento por el aire bruno el animal negro se nos acerca para morder

Ahora sube en el temblor el aire herido por una luz mala y bajamos nosotros adonde no hay luz alguna

Antes se morían del puro miedo de vivir ahora se mueren del miedo que tienen

Al fin y al cabo son seres destinados a ser y sin embargo se meten en el noser con el mayor desenfado

Incrustada en la noche natural hay otra noche de un negror absolu… donde palidece la piel del negro más renegrido de la negritud: esa noche no se va con el alba

El poeta traduce al pie de la letra el poema oscuro y no se entiende nada en esa traducción

Hace tanto tiempo que moramos y morimos acá en las callejas de este lado y de pronto nos mandan

La muerte rodada rodea toda vida preterida en el instante mismo

Escalando lo angosto el silbido del ave en la niebla el maullido del lobo el aullido del gato