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De la travesía de morir

Es frío el borde del abismo
Cascabeles y tambores que resuenan al fondo
Se pierde la voz
No voy a rogar por mi vida, maldita sea!
 
Y luego el silencio, no hay nada detrás del anochecer
Ni luces, ni fuego
Solo una colmena de pensamientos aturdidos, –sigo sin poder hablar.–
 
Excelso viaje, último o primero, siempre se disfruta
Por eso siempre concebimos a los que se fueron como afortunados
 
Lo que sea que esten viendo, no soy yo y nunca lo fui
Pequeña muñeca de papel sin brillo.

Preferido o celebrado por...
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