Somos el vestigio de quien fuimos al nacer, un atardecer en una cripta de estrellas
Somos la inocencia pretendiendo conocer, un amanecer que con ansias el alma anhela
Somos una estela que fracasa en someter al deseo de poder ser algo más que luz de esperma
Somos lo que queda del castigo cruento y cruel, de vivir por el placer que nos sume en la miseria
Soy el verso entre las letras de un estéril manuscrito, donde desencajado hábito, como una línea incompleta
Verso al final de cuentas, si aún muriendo me siento vivo, piedra del manso río que sueña con ser eterna.