Antonella Magliocco

Escrito II

Mi buen amor

En la vida, a veces, nos encontramos con amores que llegan en el momento menos esperado, pero justo cuando más los necesitamos. Es como si el universo, con su misteriosa sabiduría, nos enviara a esa persona exacta, esa alma gemela que, aunque desconocida, se siente como parte de nosotros desde el primer encuentro. Mi buen amor llegó así, sin prisa, sin pedir permiso, pero con la certeza de que su lugar estaba reservado en mi vida.

Recuerdo el primer momento en que nuestras miradas se cruzaron, cómo una corriente silenciosa recorrió mi cuerpo, un suspiro invisible que solo mi corazón pudo escuchar. No fue un gran acontecimiento, no fue un acto grandioso, fue simplemente un encuentro de almas, una conexión instantánea que ni tú ni yo supimos explicar en palabras. Y aún ahora, cuando intento poner en palabras lo que significas para mí, siento que me faltan, porque tu presencia no se puede describir en frases, se vive, se siente, se respira.

Mi buen amor no es un amor perfecto, no es un amor que camine sobre nubes ni que se escape de la realidad. Es un amor hecho de imperfecciones, de momentos agridulces, de silencios cómodos y de risas que nacen de lo más profundo del alma. Es ese amor que nos permite ser quienes realmente somos, sin miedo a ser juzgados. Es el amor que no se construye sobre expectativas ni sobre promesas vacías, sino sobre la verdad cruda y hermosa de dos personas que, en su vulnerabilidad, se encuentran.

Hay algo mágico en la manera en que te acercas, en cómo tus gestos y palabras me envuelven en un abrazo que va más allá de lo físico. Es en el toque de tu mano, en el modo en que tus ojos me miran, como si pudieras ver todas mis sombras y mis luces, y aún así, decides quedarte. Mi buen amor no se trata de perfección, sino de aceptación. De amarnos con nuestras debilidades, de vernos en nuestras luchas y, aún así, seguir caminando juntos. Porque en el amor verdadero no hay espacio para los juicios, solo para el entendimiento y el crecimiento compartido.

En cada día que paso a tu lado, aprendo más de mí misma. Aprendo lo que es realmente importante: el valor de las pequeñas cosas, los gestos de cariño que no necesitan ser grandiosos para ser profundos. Un abrazo a primera hora de la mañana, un café compartido en silencio, una mirada que dice todo lo que las palabras no alcanzan a expresar. Mi buen amor es esa quietud en medio del caos, esa calma que trae paz incluso en los momentos más tormentosos. No necesito mucho más, porque tenerte es suficiente.

Es curioso cómo los años de vida nos van enseñando que el amor no es solo un sentimiento, sino un compromiso constante. Es saber que, aunque las circunstancias cambien, aunque las dificultades lleguen, el amor sigue siendo el faro que nos guía. Mi buen amor no es un amor que se da por sentado, no es algo que se consume con el tiempo. Es un amor que se cultiva, que crece con cada paso que damos juntos, que se renueva con cada mirada, con cada palabra que compartimos. Es un amor que se respira en la cotidianidad, en la rutina que, lejos de ser aburrida, se convierte en la base de algo más grande.

Mi buen amor es el refugio al que siempre quiero volver. Es el lugar donde mis miedos desaparecen, donde mis inseguridades se disuelven. Es la mano que me sostiene cuando siento que el mundo se cae a pedazos. No hay nada que me haga sentir más segura que saber que, pase lo que pase, tú estarás a mi lado. No porque lo digas, sino porque lo siento en cada uno de tus gestos. Mi buen amor me ha enseñado que la verdadera fuerza no está en nunca caer, sino en levantarnos juntos, una y otra vez, sin importar cuántas veces la vida nos derribe.

Hoy, mientras te miro y me pierdo en la inmensidad de tu ser, me doy cuenta de que mi vida ya no tiene sentido sin ti. No porque necesite a alguien para completarme, sino porque contigo descubrí lo que significa estar verdaderamente completa. Mi buen amor no es solo un regalo, es una bendición que llego a mi vida para recordarme que, aunque el camino a veces sea incierto, siempre habrá alguien que, con su amor, nos haga sentir en casa.

Y así, mientras seguimos escribiendo nuestra historia, sé que no necesito nada más que tu presencia. Mi buen amor es todo lo que siempre soñé sin saberlo. Es la respuesta a todas mis preguntas, el anhelo de mi corazón hecho realidad. Y aunque el futuro es incierto, sé que mientras camine contigo, todo tendrá sentido. Porque en ti encontré no solo a un amor, sino a un compañero de vida, a un alma afín, y a la razón por la que cada día me levanto con esperanza.

Mi buen amor es eterno, no porque el tiempo no pase, sino porque lo que compartimos trasciende las horas y los días. Es un amor que crece con nosotros, que se transforma con cada nuevo amanecer, pero que nunca pierde su esencia: ser el hogar al que siempre quiero regresar.

Préféré par...
Autres oeuvres par Antonella Magliocco...



Haut