Leer libros escritos por mujeres
Es sumergirse en la vastedad de un alma que arde,
es tocar las cicatrices que el tiempo no ha borrado
y admirar cómo se transforman en arte.
Es abrir puertas a mundos
donde las voces que se creyeron calladas
renacen con la potencia de un grito ancestral,
donde cada palabra es un acto de resistencia,
cada historia, un canto a la vida.
Son relatos que no temen desnudar la fragilidad,
y en esa vulnerabilidad,
se revelan como un eco profundo
de lo que somos,
de lo que hemos sido,
y de lo que podríamos llegar a ser.
Leer libros escritos por mujeres
es encontrar una verdad que no se ajusta a normas,
una libertad que no necesita permiso
para romper los límites de lo preestablecido.
Es escuchar la sabiduría que se transmite
a través de generaciones invisibles,
el peso de la historia que se lleva sobre los hombros
y que, lejos de aplastarnos, nos eleva.
Es comprender que en sus páginas
cada letra es un reflejo de lo que se ha callado,
de lo que se ha luchado,
y de lo que, por fin, se ha logrado decir.
Leer libros escritos por mujeres
es un viaje sin mapa ni brújula,
donde nos perdemos y nos encontramos
en cada narrativa,
en cada protagonista que lucha,
que ama, que sueña,
y que, a veces, simplemente sobrevive
en un mundo que le exige más de lo que puede dar.
Y al final, somos nosotras las que aprendemos,
las que nos reconstruimos
a través de sus palabras,
como si de un reflejo se tratase
y al leerlas,
nos reencontráramos con nosotras mismas.
