Antonia Martinelli

Por amarme

A mi hermosa madre Liliana.

Por el sueño que te visualizó
Por nuestras tristezas,
Por las risas reales o sincronizadas,
Por el futuro quien te predijo
Por el pasado quien acepto la predicción.
 
Por tu camino, el que te trajo,
Por el mío, el que me guio,
Por nuestro tiempo compartido.
Hoy! contra esa daga, que nos lastima
Contra los pétalos rojos, que pintan mis ojos
Quiero luchar, estoy callada, reviento en llanto
Las sobras de mi dolor desesperan tu alma
Te he clavado el puñal de la decepción sin rosarte;
Has roto en lágrimas a mis espaldas.
 
No saqué este puñal de mi pecho, me amas,
No saqué este puñal de mi pecho, te hiere,
No saqué este puñal de mi pecho, mi error.
 
Deje que amaras
Hasta las cadenas que me atan,
Incluso mi inutilidad,
Mi indiferencia, mi inocencia.
Te deje sufrir,
Me reposaba en tu arrullo,
Permití y permití mis defectos,
Abuse de tu impulso,
Permití que lloraras mi propio futuro.
 
Por las promesas incumplidas
Por nuestras verdades
Por mi incompetencia para dejarte
Por mis heridas al lastimarte
Por las tuyas al solo verme,
Voy a vencer, seré mejor.
 
Sacaré este puñal de mi pecho, seré libre,
Sacaré este puñal de mi pecho, tú respiras,
Sacaré este puñal de mi pecho, he crecido.
 
Por tu sonrisa, mi aire;
Por ti, por amarme.

(28)

Aveces lastimamos cuando sin darnos cuenta nos herimos a nosotros mismos.

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