#Españoles
Cuándo tendré, por fin, la voz ser… sencillo el gesto, la ansiedad cum… sigilados los labios de la herida, mi pleamar cansada por tu arena. Cuándo mi sangre trazará en la ven…
El arma que te di pronto la usaste Para herirme a traición y sangre f… Hoy te reclamo el arma, otra vez m… Y el corazón en el que la clavaste… Si en tu poder y fuerza confiaste,
Cuando en octubre amor por la semi… conspira con abril de la mirada me subyugó una rosa equivocada: si verde corazón, tez amarilla. De una la noche en otra maravilla
Alargaba la mano y te tocaba. Te tocaba: rozaba tu frontera, el suave sitio donde tú terminas, sólo míos el aire y mi ternura. Tú moras en lugares indecibles,
¿Cómo comer sin ti, sin la piadosa Costumbre de tus alas Que refrescan el aire y renuevan l… Sin ti, ni el pan ni el vino, Ni la vida, ni el hambre, ni el ju…
Aún eres mío, porque no te tuve. Cuánto tardan, sin ti, Las olas en pasar... Cuando el amor comienza, hay un mo… En que Dios se sorprende
Bajo qué ramas, di, bajo qué ramas De verde olvido y corazón morado La roja danza muerde tus talones Y te estrechan amantes amarillos. Desde qué repentina lontananza
Por mi cuello tu mes de abril resb… Y su música templa mi recelo. De tu mano pasea amigo el cielo Y en mis hombros sus cármenes inst… Tu alegría desata tu rehala
Mi cinturón aprieta tu cintura, Y tu sonrisa, mi corazón. Sobrevolamos las islas indecibles Y a nuestro paso las nubes se disi… ¿Cómo regresar al beso la armonía
Ahora ya sé que no vendrás, pues m… pasea su vacilante noche por las p… y la ropa puesta a secar es toda n… y una campana agujerea las horas. Ahora ya sé que no vendrás
Nadie mojaba el aire Tanto como mis ojos. Me decías: “¿Trabajas?” Me decías: “¿Ya es la hora del té… Y yo no te decía: “Te amo”;
A trabajos forzados me condena mi corazón, del que te di la llave… No quiero yo tormento que se acabe… y de acero reclamo mi cadena. Ni concibe mi mente mayor pena
Callad, amantes, y ocupad el labio con el beso. No pronunciéis palab… mientras se busca vuestro corazón en otro pecho, jadeante y pobre como el vuestro,
Quizá el amor es simplemente esto: Entregar una mano a otras dos mano… Olfatear una dorada nuca Y sentir que otro cuerpo nos respo… El grito y el dolor se pierden, de…