AUGURES
D: Resumen total de la melancolía: poemas en contravía
AUGURES
Cuando todos sepamos
qué es lo contrario a la vida
no bastará el amor
para nombrarlo
ni ha de ser suficiente la verdad
para evitarla.
Cuando todos sepamos
qué es lo contrario a la muerte
nos será suficiente el amor
para explicarlo
y la capacidad de asombro
para seguir la ruta.
Cuando roto el hechizo
nos llegue el desamparo,
no bastará el conteo
de los días de insomnio
que habrían de marcarnos.
Será innombrable la clemencia.
El Creador se habrá evadido para entonces
y los dioses afilarán sus ojos
cruzándose de brazos
y que la parca extienda sus adioses.
Lo que queda es la ausencia
de quien anduvo en sueños,
cincelando los pasos taciturnos,
acudiendo a la cita inopinada:
circunstancias de vida pasajera.
La muerte cumple sus promesas.
Irrenunciable sitio nos aguarda.
Unos ojos cegados por la luz,
temblando pavorosos
frente a la dimensión del infinito.
Ha llegado el silbido de saetas
en su agitar de lances inclementes
destrozando promesas, testamentos.
Ya no vale la pena la heredad
solo la ausencia del que se desbarranca.
Ese tránsito deja sus heridas.
Goteando en la punta de obsidiana.
La sangre: vida y muerte,
reclama sus pesares y sollozos
antes de la partida.
A veces a la tumba se aproximan
tantos duelos de adioses compungidos,
mintiendo sus dolores o gritando
plegarias desgarradas y confusas.
Es la muerte con su rayo que ciega.
Es ella tendiendo la celada
y ocultando sus muecas de cinismo,
agazapada, inventando pretextos
para lanzar sus cuervos agoreros.
No la esperes, ve a su encuentro.
Recíbela con agua de colonia
y un clavel oloroso en el ojal
para evitar violencias y atropellos
y una que otra demanda
de compasión.
Pues cierto es que la muerte,
es mortal la condenada,
y solo “el precio fijo de la cobardía
o el costo ocasional de la libertad”.
Vuela con ella, “trocar el frío de la noche
por la tibieza de una manta
no es justo, cuando la manta
es sinónimo de rejas” y en la noche
se oye un clamor de estrellas
anunciando un nuevo renacer.
La barricada, George Bellows, 1918, Birmingham Museum of Art
