Cargando...

Madrigal

De paso cantó el ave,
y en su garganta de cristal el trino
con acorde argentino
tembló un instante y desmayó en el grave
silencio de la tarde que moría.
 
Como el canto suave
del trovador alado, la armonía
de tu voz vibró sólo un momento;
más en el alma mía
sigue vibrando el eco de su acento.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Augusto Roa Bastos...



Top