Tacto
Se abren las puertas y te dan la bienvenida, con pasos largos observan la llegada. Tal vez no sea ahora, tal vez es la casualidad, esa mirada en tus ojos no pudo evitar encontrarse con los míos. Siempre, en cada mediodía.
Las comisuras de mis labios se alejan una de la otra con ligereza, ocelos que toman la forma del arcoiris, y mi corazón que sale de una maratón.
No es necesario un beso, no son intencionados los celos, no reacciono bien, me mantiene en duda. La mente no existe, los sentimientos son efímeros, pero no entiendo porque acabo así. Respiración acelerada, comisuras alejadas.
No quiero que tus luceros choquen con otras estrellas, quiero que fijen su dirección eternamente hacia mí.
Quiero que me toques, quiero que me veas, quiero que me desees, quiero que vuelvas a buscar mis besos, quiero que cuando roce tu mano, la trates de sujetar para hacer más largo nuestro contacto. No puedo evitar sentir algo en el pecho cuando me ves, no puedo evitar querer hacer mil cosas contigo.
Y aunque te lo grité, lo sexual no era la misión. El amor hizo su trabajo.
