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La urna: 25

¿Qué te importa, señor, pues que eres sabio
la sinrazón de mi afligido labio?
Tu maestro de vida fue la acción
y compañero ocioso el corazón.
 
¿Para el molino el ala activa al viento
si la calandria vuela al firmamento?
Sin embargo te escribo porque... ¡No!
El porqué Dios lo sabe, que no yo.
 
Lloro el iris fugaz de aquel deseo
más que humano que un tiempo me engañó.
Y me inclino en el libro en que me veo,
 
como árbol que en el río se inclinó;
y el río le refleja las dolientes
ramas con las estrellas ascendentes...
Preferido o celebrado por...
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