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mortal

Se me ven las canas y el hambre de las brujas me toca la piel
Hoy los santos del rezo han hecho guiño a mis pupilas
Y el movimiento constante del tiempo bastó y bastó mil veces para hacer ráfagas los sonidos de aquellos silencios
Camino lento, mis arrullos ya no corren pues el viento me ha mostrado sus favores y cara invisible
Izada está la bandera y el timón ya no gira a la deriva
Las sombras de mis manos se mueven en el techo mimando a conveniencia las rosas que cuentan chistes de los adioses
En el baile de lo que queda gira en el disco de acetato solo mis voces dulces
A Dios gracias, conjuro y soplo el polvo de tus huesos a mis pies, mortal.

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