Hay amigos y hay amigos; los del trabajo, los del café, los de las picaditas de los sábados... Siempre están los amigos, según las ocasiones.

Estos pensamientos revoloteaban, como abejas en busca del polen, en la mente de Hugo. Las circunstancias no le permitían sosiego. No comprendía el descarrilamiento ocurrido enla relación con su amigo Ferni.
Sin previo aviso, sin motivo alguno, recibió días pasados esa comunicación telefónica que rompió una amistad de años... no recordaba cuántos.

Al escuchar su voz se alegró, pues a consecuencia de las vacaciones estuvieron desconectados cerca de tres semanas. No alcanzó a preguntar sobre el viaje y demás. Ferni en un tono firme y autoritario, le echó en cara su mentira ocultada por años(¿?). Le manifestó, además, que no perdería tiempo en averiguaciones y no exigía explicaciones. Su decisión estaba tomada. Informando que al finalizar dicha comunicación sus caminos se separarían. No permitiría ninguna clase de excusas ni remordimientos. Ésta era su última palabra. El típicoclik selló su monólogo.

En aquel instante Hugo se sentó. Trató de recapacitar. Años de infinidad de vivencias junto a su amigo. Momentos agradables transcurridosen su compañía;recordó las charlas sin fin hasta altas horas de la madrugada. Planes futuros, sueños a compartir, ¿todo terminó?
Creyó estar pasando una pesadilla, de esas que dejan un desagradable sabor, sin comprender la razón de su existencia o motivo. ¿Su amigo Ferni?. ¡¡No podía ser!!
¿Mentira oculta? La más pálida ideaen que se basabatal acusación.

Dejó pasar unos días.
Tomó coraje y decidió ir a visitarlo a su casa: necesitaba conversarpara aclarar semejante duda y tal determinación. Lo pensó mejor, optó por el teléfono. La grabación metálica informando el cambio de número, le dio la pauta final de lo acontecido.
Allí recibió el detalle que vislumbraba, sin lugar a dudas, la decisión tomada por su amigo... ex-amigo. Captó en forma plena la situación. El dolor fue tremendo.

Transcurrieron varios días sin encontrarse a si mismo. En el trabajo notaron su intranquilidad y mal carácter. Era otra persona. El jefe le aconsejó tomarse unos días para descansar al verlo tan nervioso y distraido. –Cuando se encuentre calmado, lo estaremos esperando, descanse le hará bien– le dijo el encargado acompañándolo hasta la puerta.
Los nervios fueron los cómplices de sus angustia. ¿Porqué? ¿Porqué?

En otro rincón de la ciudad, la reunión semanal de los facultativos de la clínica “Psicólogos Asociados”, llegó a su término.
La secretaria continuó con su tarea de escribir el informe sobre los temas tratados en la misma.
Con respecto al Señor Hugo. F., destacó cursar una invitación para el lunes próximo, invitando al paciente a la siguiente sesión, comentando que se había decidido el comienzo de un nuevo tratamiento, detalles del mismo recibiría el día estipulado.
Se había concordado probar el sistema Hipnosis Regresiva, como solución posible frente al estado depresivo tan avanzado que padecía el paciente desde ya varios meses atrás, causado aparentemente por un shock emocional, cuyo origen hasta el momento figura como ignorado.

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