De un hombre que ha cumplido los setenta años que nos aconseja David poco podemos esperar, salvo el manejo consabido de unas destrezas, una que otra ligera variación y hartas repe...
Mi reino es de este mundo. Carcel… y cárceles y espadas ejecutan la orden que no repito. Mi palabra más ínfima es de hierro. Hasta el… corazón de las gentes que no oyero…
Gram, Durendal, Joyeuse, Excalib… Sus viejas guerras andan por el ve… que es la única memoria. El univer… las siembra por el Norte y por el… En la espada persiste la porfía
Todo era fácil, nos parece ahora, en el plástico ayer irrevocable: Sócrates que apurada la cicuta, discurre sobre el alma y su camino mientras la muerte azul le va subi…
“He querido adaptar a nuestra p… japonesa que consta de un prime… de uno de siete, de uno de cinc… Quién sabe cómo sonarán estos e… La forma original prescinde asi…
Durante cien otoños he mirado tu tenue disco. Durante cien otoños he mirado tu arco sobre las islas. Durante cien otoños mis labios
Alta en la tarde, altiva y alabada… cruza el casto jardín y está en la… luz del instante irreversible y pu… que nos da este jardín y la alta i… silenciosa. La veo aquí y ahora,
Desde el principio hasta la joven… la terrible belleza te acechaba como a los otros la propicia suert… o la adversa. En las albas te espe… de Londres, en las páginas casuale…
El hombre se despierta de un incie… sueño de alfanjes y de campo llano y se toca la barba con la mano y se pregunta si está herido o mue… ¿No lo perseguirán los hechiceros
En la noche propicia a los lémures y a las larvas que hostigan a los… han cuartelado en vano los abierto… ámbitos de los astros tus augures. Del toro yugulado en la penumbra
Lo han despojado del diverso mundo… de los rostros, que son lo que era… De las cercanas calles, hoy distan… y del cóncavo azul, ayer profundo. De los libros le queda lo que deja
Indigno de los astros y del ave que surca el hondo azul, ahora sec… de esas líneas que son el alfabeto que ordenan otros y del mármol gra… cuyo dintel mis ya gastados ojos
Al término de tres generaciones vuelvo a los campos de los Acevedo… que fueron mis mayores. Vagamente los he buscado en esta vieja casa blanca y rectangular, en la frescu…
¿Dónde estará mi vida, la que pudo haber sido y no fue, la venturosa o la de triste horror, esa otra co… que pudo ser la espada o el escudo y que no fue? ¿Dónde estará el per…
En cierta calle hay cierta firme p… con su timbre y su número preciso y un sabor a perdido paraíso, que en los atardeceres no está abi… a mi paso. Cumplida la jornada,
Defiéndeme, Señor. (El vocativo no implica a Nadie. Es sólo una p… de este ejercicio que el desgano l… y que en la tarde del temor escrib… Defiéndeme de mí. Ya lo dijeron
Dos hombres caminaron por la luna. Otros después. ¿Qué puede la pala… qué puede lo que el arte sueña y l… ante su real y casi irreal fortuna… Ebrios de horror divino y de avent…
El volumen caído que los otros ocultan en la hondura del estante y que los días y las noches cubren de lento polvo silencioso. El ancl… de Sidón que los mares de Inglate…
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la...
Antes que los remeros de Odiseo fatigaran el mar color de vino las inasibles formas adivino de aquel dios cuyo nombre fue Prot… Pastor de los rebaños de los mares
Habitador de arenas recelosas, mitad dios y mitad bestia marina, ignoró la memoria, que se inclina sobre el ayer y las perdidas cosas… Otro tormento padeció Proteo
Nadie abriere o cerrare alguna pue… sin honrar la memoria del Bifronte… que las preside. Abarco el horizon… de inciertos mates y de tierra cie… Mis dos caras divisan el pasado
Hijo de algún confín de la llanura Abierta, elemental, casi secreta, Tiraba el firme lazo que sujeta Al firme toro de cerviz oscura. Se batió con el indio y con el god…
Tras los fuertes barrotes la pante… Repetirá el monótono camino Que es (pero no lo sabe) su destin… De negra joya, aciaga y prisionera… Son miles las que pasan y son mile…
Un solo hombre ha nacido, un solo hombre ha muerto en la tierra. Afirmar lo contrario es mera estadística, es una adición imposible. No menos imposible que sumar el olor de la lluvia y ...
Pienso en el parco cielo puritano de solitarias y perdidas luces que Emerson miraría tantas noches desde la nieve y el rigor de Conco… Aquí son demasiadas las estrellas.
Entra la luz y me recuerdo; ahí es… Empieza por decirme su nombre, que… Vuelvo a la esclavitud que ha dura… Me impone su memoria. Me impone las miserias de cada día…
Mi destino es la lengua castellana… El bronce de Francisco de Quevedo… Pero en la lenta noche caminada, Me exaltan otras músicas más íntim… Alguna me fue dada por la sangre—
Ahí está lo que fue: la terca espa… del sajón y su métrica de hierro, los mares y las islas del destierr… del hijo de Laertes, la dorada luna del persa y los sin fin jardi…
El mar. El joven mar. El mar de… y el de aquel otro Ulises que la g… del Islam apodó famosamente Es-Sindibad del Mar. El mar de g… olas de Erico el Rojo, alto en su…